Actualmente, existen un amplio abanico de radiadores disponibles en el mercado. Una de las clasificaciones más habituales es según el material de fabricación, siendo el hierro fundido, acero y aluminio los más habituales. Pues bien, son los radiadores de fundición unos de los más demandados a día de hoy por las numerosas ventajas que presentan, tanto a nivel estético como funcional.
¿Cuáles son las ventajas de los radiadores de fundición?
Los radiadores de fundición son los de toda la vida, los clásicos radiadores de hierro. Aunque durante algunos años cayeron prácticamente en desuso, a día de hoy vuelven a estar de moda gracias al auge de los estilos vintage y retro.
Hay una serie de ventajas de los radiadores de fundición que merece la pena conocer:
- Presentan una gran resistencia a la corrosión, lo que alarga de forma notable su vida útil. Además, son muy resistentes a los golpes, por lo que son fantásticos para casas en las que hay niños pequeños.
- Estos radiadores tienen una gran inercia térmica. Es decir, una vez apagas la caldera, tardan mucho tiempo en perder la temperatura que han alcanzado.
- La emisión de calor de los radiadores de fundición ofrece una temperatura mucho más estable que la de otros materiales, como por ejemplo el aluminio.
En cuanto a sus inconvenientes, el único a destacar es que es su gran peso. Por lo tanto, en el momento de la instalación son algo más complicados de trabajar.
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