Si actualmente vives en un edificio o tienes un local con cierta antigüedad y estás pensando en hacer algún tipo de reforma relacionada con la climatización, es muy probable que te surja la duda de si es recomendable o no mantener una caldera atmosférica. En realidad, este tipo de instalaciones ya no se llevan a cabo por el riesgo que supone tenerlas, aunque ello no implica que debas deshacerte de ella a toda costa. Te explicamos su funcionamiento para que comprendas la razón de haberse prohibido.
Caldera atmosférica: ¿por qué no es aconsejable conservarla?
Una caldera atmosférica toma el aire que necesita para la combustión de la propia habitación en la que se encuentra situada. La cámara en la que se produce el proceso de quemado no está aislada de la zona en la que se sitúa la caldera y eso puede provocar problemas si no se dan las condiciones de ventilación idóneas. Ésa es precisamente la razón por la cual se prohibió su instalación por ley para uso individual, tanto en las instalaciones nuevas como en las que ya estaban hechas.
Sin embargo, que no sea posible instalar una caldera atmosférica nueva no implica que aquellos usuarios que ya tienen la suya no la mantengan. Si se dan las condiciones adecuadas y la caldera se encuentra en buen estado, no deberías tener ningún problema. Sin embargo, si en tu reforma pretendes lograr la mejor eficiencia energética y asegurarte de evitar al máximo los incidentes, te recomendamos optar por otro tipo de caldera más actual y que sea más segura.
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